La lucha contra la desigualdad es una de las señas de identidad de los socialistas. Por eso, cara a las próximas elecciones europeas, los socialistas llevamos una agenda de trabajo por la igualdad.
Así, hoy, en medio de sociedades que, aún en crisis, tienen un alto nivel de desarrollo y bienestar, hay más razones que nunca para enfrentarnos a esa lacra que divide dramáticamente las condiciones de vida de nuestros ciudadanos. Cada vez hay más evidencia de que la desigualdad está en el fondo de la crisis que vivimos desde 2008, y de que es un freno a la recuperación económica y al crecimiento equilibrado.
El desempleo es la principal causa de esta desigualdad pero, significativamente, también se ha incrementado la pobreza entre los trabajadores, como consecuencia de las tendencias de precarización laboral, las devaluaciones salariales y los recortes sociales.
De hecho, salir de la pobreza se ha convertido en algo difícil incluso cuando se encuentra un empleo, como demuestra que solo lo hicieran la mitad de los europeos que encontraron un empleo en 2013.
La crisis económica y las consecuencias de la estrategia obsesiva y excesiva de austeridad fiscal llevada a cabo por la Comisión Europea, liderada por una mayoría ideológica de derechas ha disparado la desigualdad entre los ciudadanos y entre los Estados miembros a niveles jamás observados desde el inicio de la construcción europea.
La austeridad y las reformas estructurales impuestas en el mismo sentido han empujado cada año a millones de ciudadanos al desempleo y al mismo tiempo han erosionado los sistemas de protección social existentes.
Y en este incremento de las desigualdades tiene especial relevancia el aumento de las desigualdades entre mujeres y hombres a todos los niveles de la escala social, puesto que las mujeres siempre son quienes tienen menos ingresos, salarios más bajos, incluso entre las mujeres directivas, y menores pensiones.
Además las mujeres afrontan con mayores dificultades los riesgos de la pobreza, puesto que, en su mayoría, asumen responsabilidades familiares importantes en ausencia de servicios de cuidado.
Pero la desigualdad no sólo se mide en términos de pobreza y exclusión social sino también en términos de igualdad en el acceso a servicios como la educación o la sanidad de calidad, así como a un nivel de vida digno.
La estrategia económica actual ha desdibujado las señas de identidad del proyecto europeo basados en la solidaridad y en la cohesión social. Estamos en la Europa de las divergencias, no de las convergencias.
Veamos:
• La Gran Recesión ha dejado un coste social inasumible para una economía desarrollada, ha interrumpido y revertido en cinco años gran parte de los niveles de convergencia real entre Estados que habíamos logrado alcanzar desde los años 90.
• Actualmente 124,5 millones de ciudadanos europeos viven bajo el umbral de la pobreza (el 24,8% de la población en la UE llegando a superar el 35% en países como Grecia).
• Los niños han constituido año tras año el grupo de población en mayor riesgo de pobreza y exclusión social llegando a afectar en 2013 al 30% de los mismos de entre 0-17 años.
• El gasto en protección social ha disminuido en casi todos los Estados miembros y el Comité de Protección Social (CPS) advierte sobre el aumento del número de personas en situación de riesgo por renta inferior al umbral de la pobreza, pobreza infantil, necesidades médicas no cubiertas, graves carencias materiales y exclusión social.
• Los impuestos se han hecho cada vez menos progresivos y la carga fiscal sobre las rentas más bajas es muy elevada de acuerdo con los datos aportados por la CE.
La crisis ha afectado igualmente a la brecha salarial de género, y ha incrementado el desempleo femenino. Debido a las políticas marcadas por la austeridad y el recorte de los servicios públicos y las prestaciones sociales, esa brecha volvió a dispararse, dada la mayor presencia de las mujeres en los sectores recortados, que llega a alcanzar hasta el 70%.
A ello se añade la vuelta de un sector considerable de las mujeres al trabajo no retribuido, como el cuidado familiar o a dependientes, como ha sucedido especialmente en España por el abandono de las políticas de dependencia.
Las familias que dependen del salario o de la pensión de una mujer son significativamente más pobres, porque la brecha salarial y de pensiones sigue siendo muy alta.
Para cambiar, radicalmente, esta terrible tendencia, los socialistas planteamos una verdadera Unión Social, por una Europa que no deje a nadie atrás.
Para ello, proponemos el establecimiento de un mínimo social en cuanto al gasto social dedicado en los presupuestos públicos.
Creemos necesaria la creación de indicadores sociales vinculantes en pie de igualdad con los indicadores macroeconómicos, sobre todo pobreza infantil, acceso a la asistencia sanitaria, carencia de hogar y un índice de calidad en el empleo.
Ello contribuirá a fortalecer la supervisión de la evolución en materia social y de empleo como parte de la vigilancia macroeconómica en el marco del Semestre Europeo.
Proponemos la creación gradual de una renta mínima de inserción que cubra las necesidades básicas de los ciudadanos europeos. Se trata de introducir redes últimas de protección social para aquellas personas sin recursos o con recursos insuficientes para evitar que estén abocados a la pobreza y exclusión social.
Por último, los socialistas defenderemos la fijación de compromisos obligatorios que acaben de una vez con la brecha salarial y de pensiones que sufren las mujeres, así como el recurso al Fondo Social Europeo y a otros programas europeos para promover una mayor integración social a través del empleo en torno a un plan europeo en contra de la brecha salarial.
En nuestra idea de una Europa en igualdad, desarrollaremos en políticas dirigidas a combatir la discriminación y la desigualdad de trato en el acceso y permanencia en el empleo y en todos los ámbitos de la sociedad, de aquellos grupos que pueden sufrir discriminación por motivos de sexo, etnia, origen, orientación sexual, discapacidad, edad, y cualquier otra circunstancia personal o social.
Pepe Martínez Olmos
Twitter: @PmOlmos