El Papa Francisco ha pedido perdón humildemente ante 6 víctimas, 3 hombres y te mujeres procedentes de Alemania, Inglaterra e Irlanda.
Ha pedido perdón por los abusos a menores; por los pecados de omisión por parte de líderes de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias presentadas.
Durante la misa de las siete de la mañana en la residencia de Santa Marta, el Papa Bergoglio aseguró que los abusos a menores por parte de sacerdotes son algo más que actos reprobables.
Ha reconocido el Papa que es añadió como un culto sacrílego, porque esos chicos y esas chicas «les fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios, y ellos los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia”.
Es cierto que este Papa lleva un tiempo dando señales de cambio y haciendo planteamiento valientes.
Algo que valoro de manera muy positiva.
Algo que debe traducirse en un tiempo nuevo en la iglesia católica.
Pero también hay que decir que es exigible al Papa que, además de pedir perdón ponga a disposición judicial a todos aquellos miembros de la iglesia católica que se conozca que realizaron abusos a menores ya que es evidente que dichos abusos a menores son éticamente reprobables pero también, y sobre todo, delitos en el código penal.
Colaboración con la justicia sería en mi opinión la «prueba del algodón» de este positivo arrepentimiento. De no producirse, no tendré más remedio que pensar que es una nueva «cortina de humo» para lavar la cara y la imagen.
Pepe Martínez Olmos
Twitter: @PmOlmos